He
intentado explicárselo innumerables veces: sus beneficios para la
piel, sus cualidades como diuréticos, sus propiedades mielinizantes
e hidratantes para las escamas, pero nada. No se atreve a
tragárselos. Por muy alto que le coloque, por muy abierta que le
obligue a mantener la boca, no funciona: les mira fijamente, se
enternece y les silba un blues.
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