Desde arriba, todo era manejado por la suspicacia y
maldad de algún hombre, que vivía obsesionado con
matar sonrisas de niño. Sabía que esas eran las más
reales, las que escapan de los labios sin ni siquiera ser
pensadas. El hombre había trazado un plan perfecto,
iba a capturar en su red invisible, todas las sonrisas del
mundo. Así todo se volvería gris como es él, así la alegría
no le amargaría su tristeza. Vivía pendiente de las
catástrofes mundiales, y a cada muerte, su corazón se
hacía más fuerte y reseco. Juntaba los días de lluvia
en su álbum de recuerdos para así recordar las caras
alargadas de la gente cuándo los paraguas se rompían.
Cuándo el agua les calaba hasta los huesos y su corazón
se estremecía.. las muecas de desagrado eran sus favoritas.
Pobre hombre, nunca aprendió a vivir por eso se dedicaba
a malvivir.. nunca nadie le dedicó una sonrisa, por eso las
odiaba con todas sus fuerzas. Pobre, porque nunca sabrá
porque la risa son como miles de cascabeles, al llevar tatuada
la tristeza en su corazón, sólo sabrá de días grises..
Qué lástima, con la infinitud de colores que hay, y lo fácil que
es sonreir mirando el cielo.
A su alrededor el mundo seguirá girando, y quizá alguien
le sonría y así sepa el porqué de la felicidad del mundo.
Pero hasta entonces, odiará con todas sus fuerzas lo que
nunca tuvo.
maldad de algún hombre, que vivía obsesionado con
matar sonrisas de niño. Sabía que esas eran las más
reales, las que escapan de los labios sin ni siquiera ser
pensadas. El hombre había trazado un plan perfecto,
iba a capturar en su red invisible, todas las sonrisas del
mundo. Así todo se volvería gris como es él, así la alegría
no le amargaría su tristeza. Vivía pendiente de las
catástrofes mundiales, y a cada muerte, su corazón se
hacía más fuerte y reseco. Juntaba los días de lluvia
en su álbum de recuerdos para así recordar las caras
alargadas de la gente cuándo los paraguas se rompían.
Cuándo el agua les calaba hasta los huesos y su corazón
se estremecía.. las muecas de desagrado eran sus favoritas.
Pobre hombre, nunca aprendió a vivir por eso se dedicaba
a malvivir.. nunca nadie le dedicó una sonrisa, por eso las
odiaba con todas sus fuerzas. Pobre, porque nunca sabrá
porque la risa son como miles de cascabeles, al llevar tatuada
la tristeza en su corazón, sólo sabrá de días grises..
Qué lástima, con la infinitud de colores que hay, y lo fácil que
es sonreir mirando el cielo.
A su alrededor el mundo seguirá girando, y quizá alguien
le sonría y así sepa el porqué de la felicidad del mundo.
Pero hasta entonces, odiará con todas sus fuerzas lo que
nunca tuvo.
El relato es de Celia, que tiene un fotolog muy interesante. Le pedí que relatara algo sobre el dibujo pues tiene algo, al escribir, que me encanta. Desde aquí le agradezco su participación.
Y más sobre este dibujo en Wilustración. Un saludo!
5 comentarios:
Muy bonito el dibujo y el relato, por cierto, la niña me recuerdo a alguien ;)
Un beso!
seeeñorito! sabes que imaginar con tus ilustraciones es muy fáciiil, cuando quieras hacemos más colaboraciones que para mi es todo un honor. Como cuando escribi sobre los recuerdos que se esconden tras cactus y los hombres grises que nos acechan. Mis palabras están a tu servicio, cuando quieras.. ya sabes :)
mañana me toca a mi recibir alagos por tu ilustracion en mi fotolog.
un saludin desde la otra punta de España, un beso en la mejilla que te mando en una nube!
felicidades a ambos, genial colaboración artística, que esperemos se repita ;)
Gran texto y gran ilustración. Felicidades!
Gracias a todos, les transmitiré su apoyo a la susodicha semi-autora. Por cierto, ya pediré participación a más de uno (Entidades, Agustín, Sr. Jujuju, se prestan?)
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